9
de mayo día de la victoria
En
conmemoración de la victoria de la Unión Soviética en la segunda
guerra mundial, el 9 de mayo de 1945 cuando se rindió Berlín
después de una de las batallas más cruentas y heroicas por ambos
bandos contendientes de la historia el pueblo ruso rinde memoria a
sus caídos. Que fueron cerca de treinta millones.
La
población moscovita se echa a la calle luciendo muchos una
escarapela o cinta de rayas amarillas y negras. Es la cruz de san
jorge. El negro simboliza a los muertos y los lutos y el amarillo el
fuego y el humo.
Los
rusos denominan a esta solemne fecha pobeda
dien o día de la
victoria. Personalmente, me gusta lucir en el ojal la cruz de san
Jorge como tributo de admiración al heroísmo, la abnegación, el
temple artístico y la bondad del pueblo ruso y su cultura que me
inspira un cierto optimismo y es una estrella polar que nos guía a
muchos españoles en esta noche de crisis.
Cuando
Europa y nuestra patria parece haber perdido el norte nos queda el
consuelo de leer a Chejov, escuchar los coros de Mussorgsky o la
incomparable polifonía de la divina liturgia eslava o presenciar por
la web el desfile de la plaza roja cuando los aviones de combate
parecen casi perforar en vuelo rasante la cúpula de san Basilio, o
marcan el paso los abanderados de los insignes regimientos
precediendo al estruendo de los tanques cuyos relejes hacen gemir los
adoquines del pavimento de la famosa plaza. Rusia es fuerte gracias a
dios y heroica por más que el hecho les siga desagradando a muchos
de mis colegas para los que propalar mentiras y calumnias contra
Putin parece formar parte del afrecho del pesebre con que los ceban y
untan ciertos plutócratas sectarios. Europa y España dan risa.
A
lo mejor quien sabe tienen que venir a rescatarnos los rusos de las
garras de la tiranía de este capitalismo del pensamiento único, los
corretajes financieros, los ukases de Bruselas o las veleidades de
los bancos como ya hicieron hace tres cuartos de siglo.
El
pueblo de la resurrección tiene un carácter mesiánico que como san
Cristóbal carga a sus espaldas con los pecados del mundo.
Mi
enhorabuena a los jóvenes que sueñan en el futuro, y mis duelos
por los que vertieron su sangre en la guerra patria y mis deseos de
que el Arcángel san Miguel no deje de su mano y lo tenga bajo sus
alas al presidente Putin que ayer fue proclamado presidente para un
nuevo mandato. Vladimir es no ya meramente un gran político sino uno
de los grandes hombres de estado, uno de los pocos, yo creo que el
único, que hay hoy en el mundo. Dobre
dien. Que pasen un
buen día.
martes,
08 de mayo de 2012
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